Estamos en un Campus deportivo; todo gira alrededor del BASKET y la Rítmica; más de 30 sesiones por turno de cancha y preparación física. Obviamente se requiere esfuerzo para superarlas, y parte de nuestra misión es que lo hagan disfrutando; pero ese plus de esfuerzo extra que hay que poner para ser mejor, llegar más lejos, estar más fuerte, conseguir más resistencia, pasar el bloqueo con ventaja, controlar mejor el balón, subir el % de anotación, bordar ese lanzamiento o ese giro, rotar mejor, adelantarme a lo que va a pasar… en fin; para todo eso nuestros chicos/as tienen que esforzarse de verdad. Y esa y no otra es la clave tan sencilla y tan complicada a la vez que luego las grandes estrellas cuentan en las entrevistas y parece que no queremos oír lo que dicen o que nos suena a la misma historia de siempre. Pero es la realidad, el nivel del esfuerzo que cada uno es capaz de imponerse, es el que te hace dar ese salto de calidad necesario para seguir mejorando.
Claro está que muchas veces es algo más mental que físico; porque no siempre la cabeza está preparada para el entrenamiento, pero si nos fijamos en los grandes, la fortaleza mental es imprescindible para poder exigir luego al cuerpo que de todo lo que tiene.
Así lo estamos haciendo, sobreponiéndonos al cansancio, agujetas y al rechazo mental que aparece cada vez que nos enfrentamos a una nueva jornada.
Hoy los más peques han hecho la ruta como campeones mientras los mayores no han parado de entrenar; y también hemos tenido la oportunidad de premiar a los mejores expedientes académicos de este curso con las 2 primeras becas LEVIDRIO.
Debo de confesar que no ha sido nada fácil ir descartando de los 58 expedientes recibidos a 54 boletines de notas buenísimos que merecían por el esfuerzo realizado el premio de la beca. Pero solo pueden ser 4 los premiados y hay que dar la enhorabuena a Jorge Blanco y Paula Cabero como los 2 primeros ganadores de las Becas LEVIDRIO 2021.
Y el esfuerzo siempre tiene recompensa, solo hace falta la paciencia para poder verla y no caer en el desánimo porque no sea inmediata.
Desde CANGAS, buenos días
