Antes de comenzar cada edición de este Campus, un grupo de monitores/entrenadores y yo venimos a Cangas a preparar todo, llevar el material a los pabellones, ambientar la Escuela Hogar, verificar las habitaciones, etc… En esta ocasión teníamos el trabajo extra del protocolo que habíamos elaborado (cartelería, geles, flechas, zonas de seguridad, termómetros, habitaciones de aislamiento…) También hacemos la ruta o rutas andando para comprobar su dureza y medir los tiempos.
Este año, en la subida al Santuario de la Virgen del Acebo, sentimos los efectos del confinamiento y al llegar arriba, una petición: su ayuda y protección para que este Campus saliera como ha salido.
A partir de ese momento, como cada año, empieza la actividad frenética, los días de 48 horas, los entrenos sin descanso, reuniones de madrugada al acabar cada jornada, los juegos y dinámicas que se suceden para cada grupo… pero en la mente además, siempre alerta la alarma por si en algún momento aparecían síntomas en algún chic@, y teníamos que ejecutar el plan previsto en el protocolo, y la posible consecuencia de suspender el Campus.
A los familiares que vinisteis el último día os lo pude decir en persona; este año hemos tenido que vencer muchas dificultades y luchar contra todos los que nos llamaban locos por hacer este Campus con la que estaba cayendo, recordemos que además surgió un brote en Cangas la semana antes de venir nosotros.
Pero creo que no hay que esconder la cabeza ante las adversidades, y también creo que esta situación que vivimos no va a acabarse mañana, con lo que tendremos que adaptarnos y vivir con ello, tomando todas las medidas de precaución posibles, cuidándonos y evitando la posibilidad de contagio, pero viviendo y tratando de llevar una rutina lo más parecida a la que teníamos antes de la pandemia.
Desde el primer día -os lo conté en la primera entrada del blog- me dí cuenta de las ganas que tenían todos los chicos y chicas de Campus; al final ganas de relacionarse, de jugar al Basket, de estar con su gente, de ir a la piscina, al río, de estar felices y olvidarse de tanto confinamiento, prohibiciones y poder disfrutar de alguna actividad en grupo.
Por si teníamos alguna duda, ahí nos dimos cuenta que no nos habíamos equivocado, que merecían la pena todas las horas invertidas para sacar esto adelante, y desde ese momento todos nos olvidamos de “lo de fuera” y nos centramos en lo nuestro, nuestra pequeña burbuja construida para 14 días y dentro de la cual nos sentíamos seguros y a gusto. No recuerdo mejor año en cuanto al comportamiento de todos, los chic@s no pusieron ninguna pega a ninguna de las medidas extraordinarias, es más, son bastante mejores que nosotros, los adultos, a la hora de cumplir con todas ellas. Luego sólo el día a día nos fue llevando a desarrollar a lo que habíamos venido, mucho entreno, mucha “caña”, y un ambiente de campamento que hacía todo más agradable y divertido.
Quiero agradecer la confianza depositada en nosotros por parte de todas las familias que habéis participado en este Campus, agradecer también su apoyo a los pocos que confiaron en mi desde el principio, y sobre todo, a los entrenadores, monitores y personal del Campus, que han trabajado tan bien como siempre, pero este año con un plus de esfuerzo y profesionalidad que ha hecho que salga todo de 10, así lo reflejan las evaluaciones de los chic@s que he estado leyendo tranquilamente este domingo después de la salida del bus.
Los más pesimistas me decían, - oye, es que incluso aunque te salga todo bien, Qué ganas? Qué te queda cuando todo acabe? Ya os comenté que esto tiene una parte vocacional muy muy importante, y aunque nada tangible, sí la satisfacción y la alegría del trabajo bien hecho y haber realizado este Campus a pesar de todas las adversidades.
Os escribo estas líneas desde León, sentado en el salón con el portátil delante y después de dejar la Escuela Hogar sin rastro alguno de nuestra presencia allí estos días, pero sabiendo que dentro de todos los que hemos hecho este Campus, perdurará el recuerdo de haber pasado 14 días inolvidables en los que sólo nos preocupamos de Basket, preparación física, juegos, inglés, alguna visita al fisio.. y al final de que los chic@s vivan como chic@s ajenos a lo que no debiéramos de pasar ninguno.
GRACIAS A TODOS DE CORAZÓN,
Desde León pero con la mente todavía en Cangas, buenos días
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