Este grupo heterogéneo de personas son los que este Campus siga cumpliendo años. 10 ediciones en concreto de pienso en basket, y 7 para pienso en rítmica.
Muchos de ellos , sacrifican sus vacaciones personales, para estar con este grupo. El vínculo que se crea sigue siendo fuerte. En ocasiones, exjugadores del club se convierten en monitores y cierra un círculo que comenzaron desde alevínes.
La fiesta final de despedida del Campus,en el pabellón, lugar multiusos de eventos, pone el punto y seguido a esta edición. Damos la bienvenida a la próxima, en este rincón del Principado que tanto nos da.
Como es tradicional, esta gloriosa generación del 2001 se enfrenta al equipo de monitores, que por cierto se impuso en el resultado final. El vínculo que les ha unido, en el club y en el campus, permanecerá siempre en su disco duro particular. Resultó emocionante comprobar in situ, las dulces lágrimas de algunos de sus integrantes, compañeros en el campus con el paso de los años. El romanticismo vuelve a brillar.
EL equipo de monitores, acumula experiencia, versatilidad, y muchas ganas de agradar. Muchos de ellos exjugadores del club y otros en activo, tanto en categoría masculina como femenina que brindaron un partido con algunas jugadas de brillantez.
Como este triple lejano que supuso un plus de ventaja para el equipo de los monitores. Los juniors dominaron en los compases iniciales pero sus rivales supieron dosificar sus esfuerzos y remontar para llevarse la victoria.
Hasta que llegó ese momento, salvo el grupo de pequeños que fue a la playa para realizar su correspondiente turno de surf, el resto de grupos siguieron practicando lo que más les gusta: BA-LON-CES-TO como dijo Pepu Hernández.
No importaba la hora del día, la fatiga acumulada, aún había tiempo de intentar machacar el aro.
Para romper la rutina de los entrenamientos, y reflejar so re la cancha lo ensayado durante estos días, se sucedía partidos que enfrentaban a cadetes contra juniors, y cadetes contra infantiles, de equipos masculinos y femeninos de nuestro club. Llegaba la hora de demostrar con pundonor y eficacia lo asimilado.
Último día, es momento de colgar las zapatillas. De compartir confidencias. Se buscan, se atraen y se comprenden. El siguiente paso, son los entrenamientos de pretemporada, ya en León, de cara a una liga larga para nuestros equipos.
La carga de trabajo acumulada durante estos días empieza a pasar factura a nuestros chicos y chicas. Nuestros fisioterapeutas tiene demasiada faena para atender a todos ellos. Velan por su salud, noche y día, para que ésta sea excelente.
Para aquellos que deseen coleccionar recuerdos, desde este blog han encontrado la oportuna información de lo transcendido durante todas las jornadas. Nuestra religión es el baloncesto, y nuestro lema pienso en basket es el mejor espíritu que podemos transmitir desde este humilde Campus. Nunca es fácil hablar de sentimientos, pero al menos desde esta tecla, se los contamos durante estos 11 días. Reciba nuestras bendiciones por confiar un año más en nosotros y nos citamos para una próxima edición.
Buenas y fatigosas noches desde Cangas.
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