Sé que es una duda que muchos padres y madres tenéis o habéis tenido; mando a mis hij@s de campamento? No lo digo por este año con sus circunstancias especiales, me refiero al resto de años o la “antigua normalidad”
La respuesta para mí es clara; debería de ser obligatorio. Lo digo desde la experiencia de llevar más de 20 veranos invirtiendo parte de mi tiempo en este tipo de actividades. También es cierto que lo que cada uno ha vivido condiciona la opinión que puedas tener de cualquier tema.
En este caso concreto recuerdo perfectamente mi primer campamento, con unos 10 años, en un pueblo de León, Vegaquemada; tiendas de campaña, saco de dormir, muchos nervios y yo agarrado a las puertas del coche para que no me dejasen allí solo y abandonado. Al segundo día ya me había olvidado de mis padres y estaba feliz en aquella campa. Al tercer día todos los chicos y monitores estábamos con dolor de cabeza, de barriga, descomposición… intoxicación alimentaria y campamento suspendido.
Con estos antecedentes os podéis imaginar las pocas ganas de repetir al verano siguiente aunque fuera en otro pueblo, Robledo del Fenar, con otros monitores y otro estilo, (también en tiendas de campaña). En esta ocasión fue todo un éxito, tengo un recuerdo buenísimo de aquel verano y desde entonces, ininterrumpidamente he estado cada verano primero como niño y luego como monitor en campamentos de multiaventura, de inglés, de basket, naúticos… hasta llegar al que hoy nos ocupa, un Campus de basket total. Lo más completo posible y con inspiración en muchas actividades y juegos que hemos ido perfeccionando a lo largo de los años, con sus clases y actividades en inglés, con las sesiones específicas de preparación física, con la planificación y puesta en escena por parte de los entrenadores de una pretemporada en cancha, con el equipo de tiempo libre haciendo cada noche un gran juego diferente y animando cada momento del día que no hay entrenos…
La experiencia me dice que son muy importantes las condiciones de alojamiento y la comida, y la verdad es que en ese aspecto no podemos tener queja alguna.
Pero lo más importante (aunque suene muy “happy”) es disfrutar con esto, que todo el equipo de entrenadores y monitores que está aquí 14 días quiera estar y lo pase bien, que estén a gusto ya que eso se transmite, hace falta que quieran a los chic@s y se preocupen por ellos más allá de su sesión específica.
Ese es el gran secreto, si encontráis un campamento así, mandadles sin dudar porque las vivencias que van a disfrutar y todo lo que van a aprender es muy difícil que puedan hacerlo fuera. El micro mundo que se crea en un sitio así, rodeados de compañer@s, haciendo lo que les gusta, con el Basket como hilo conductor de todo es algo único.
Desde Cangas buenos días














Comments